Martes 31 de diciembre de 2019. El Museo Franz Mayer propone otra manera de acercarse al arte mediante la exposición Intangibles, en la que están, y no están, obras de René Magritte, Paul Delvaux, Joaquín Torres-García, Roberto Matta y Pablo Picasso.
No están de forma física, sino a través de realidad aumentada y software que permite verlas, sentirlas e interactuar con ellas al caminar frente a una pantalla, colocarse unos lentes especiales, tomar un pincel, identificar símbolos, pasar la mano por una partitura o pintar un autorretrato.

Intangibles ‘‘es un desarrollo que hace Fundación Telefónica a partir de su colección de arte, donde sin tener las obras físicas y utilizando esta técnica de Design Thinking (pensamiento de diseño) se desarrolla una aproximación al fenómeno artístico, a la producción artística y las inquietudes sin la obra”, explica Alejandro Sabido Sánchez Juárez, director de exposiciones del museo.

‘‘No tenemos físicamente ninguna de las piezas, sino una serie de aproximaciones interactivas, lúdicas y otras soluciones que permiten acercarnos a veces a las inquietudes, otras a las formas, a los procesos, a los distintos elementos de la producción artística que te ayudan a ser parte, entender justo no el fenómeno artístico en su totalidad pero a lo mejor algunos de sus componentes y acercarte de forma participativa al proceso.”

Experiencia emocionante para niños y adultos

La exposición consta de dos grandes núcleos: el primero es una sala introductoria con videos de entrevistas realizadas tanto a expertos como al público que ya ha sido parte de esta experiencia, y el segundo consiste en los distintos módulos con las obras, donde cada uno tiene instrucciones propias y formas de adentrarse en la obra mediante una tecnología sencilla y cercana a lo que tenemos día a día en las computadoras, los videojuegos o los teléfonos inteligentes.

‘‘El público llega y comienza a tener interrelación con la pieza y una dimensión un poco más juguetona. Lo interesante es que ese ludismo o aproximación, no necesariamente es informal sino tal vez un poco más emotiva, del pathos, de sensaciones, permite a lo mejor otras vías para acercarse no sólo a la obra, sino en muchos casos a lo que ésta pretende hacer, decir o lo que el artista estaba explorando y también a sus técnicas; eso me parece particularmente interesante”, añade.
‘‘La lectura o el entendimiento de una obra, en realidad de casi cualquier cosa, tiene mucho que ver con nuestras inquietudes, conocimientos, experiencias, que entablemos en diálogo con lo que el artista propone y en cada una de las estaciones apela a cierto código, cierta dimensión de esos componentes y eso permite entender tal vez de forma más profunda o diversa la relación establecida con las obras, que en este caso todos son autores de la que llamaríamos la Vanguardia”, detalla Alejandro Sabido.

La experiencia ‘‘es emocionante tanto para niños como adultos. Insisto: no es el arte, son componentes, gestos, signos, en algunos casos si se quiere sensaciones; incluso a veces movimientos, que abren una puerta hacia otras vías de entendimiento del arte que no sólo es la crítica estílística, la dimensión biográfica, o a veces esta parte de inversión en el campo de estudio particular sea el que fuere estética o histórica del arte, sino que te acerca a la parte más vital, personal, y puedes estar cerca de eso, todos podemos estar cerca de eso. Tal vez es una invitación no sólo a entender de otras formas, sino que también dice: ‘hagámoslo’”.

El objetivo de esa exposición desarrollada por Fundación Telefónica y que se presenta de manera simultánea en varias ciudades del mundo, ‘‘tiene mucho que ver con colocarnos de nuevo en los procesos, ubicarnos en las inquietudes, las técnicas, los gestos, los movimientos; todos estos elementos que están en el hacer, en el devenir, en el conformar o devenir forma o realidad del hecho artístico y que coloca no al final sino a lo largo del trayecto del proceso artístico”.

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Intangibles apela además a diferentes generaciones: ‘‘Uno pensaría que esto es una lectura si se quiere inocente que atrae a las nuevas generaciones, a los nativos digitales, pero en realidad no. Ha sido muy interesante ver cómo ha abarcado una gama muy amplia de públicos, hay que ver a las personas que han pasado de los 60 años y son felices, en muchos casos es el primer encuentro que tienen con estas tecnologías, en otros no, algunas las hemos tenido a lo mejor todos, incluso en casa.

‘‘Un acierto de la exposición es no presentar soluciones tecnológicas que confundan o desconcierten a los visitantes.”

El Museo Franz Mayer se ubica en avenida Hidalgo 45, Centro Histórico. Visitas de martes a domingo de 10 a 17 horas. Hoy estará abierto de 10 a 14:30 horas y mañana cerrado.