Opinión pública

 

Por Felipe Martínez Chávez

Cd. Victoria, Tamaulipas.- Lo malo es que no pocos le concedieron credibilidad. Llegaron a dar por hecho que el Gobernador García Cabeza de Vaca pediría licencia el sábado, en el marco del IV informe, para aspirar a la dirigencia nacional del PAN.

La versión partió de un “safado” morenista que de pronto ha mostrado interés por Tamaulipas, Alejandro Rojas Díaz Durán. Lo difundió en video por redes.

Si el contenido no tenía base alguna para afirmarlo, no necesitaba aclaración alguna de parte del Gobierno, o que lo buscaran los medios de comunicación para darle seguimiento.

Salvo contadas excepciones de colegas que lo editorializaron, en general no mereció atención de prensa. Como alguien afirma: El 80 por ciento de los contenidos no periodísticos que circulan por Internet son falsos y al restante 20 hay que ponerlo en tela de juicio.

A pesar de la influencia de redes, el periodismo no se hace por “corazonadas”, inventando mentiras o dando seguimiento a las de otros. La prensa, para convertir en noticia algo que circula por ahí, necesita tener los pies bien puestos sobre la tierra o, como se dice, “tener los pelos de la burra en la mano”. El buen consejo dice que hay que dudar de lo que nos llega por vías oficiales y con mayor razón lo que se recoge extramuros.

Difundido el jueves cinco a las 13:41 horas, el video de Rojas alcanzó de inmediato las 90 mil reproducciones, más de 600 comparticiones y cientos de comentarios. Es el método que utiliza en su campaña por la dirigencia nacional de Morena.

Para comenzar, la historia de la humanidad no es de “saltos”, siempre hay un proceso de cambios que se van gestando y, en segundo, Francisco García no puede quedar mal con la historia de Tamaulipas. Nadie se va sin pensar por lo menos en el juicio de la posteridad.

En los tiempos de estabilidad política ningún Gobernador ha dejado la chamba ni por gusto ni por intereses personales. Cabeza no sería el primero.

No por voluntad, decíamos, porque el joven Hugo Pedro González Lugo no abandonó el Gobierno de Tamaulipas porque quisiera, fue destituido por el Senado a instancias del presidente Miguel Alemán, en 1947.

Desde entonces todos, los once Gobernadores siguientes -73 años-, han cumplido con la responsabilidad que les encomendó la ciudadanía. No pueden quedar mal con el pueblo ni arrastrar su conciencia.

Del que se pensó en una dimisión por problemas de salud, Manuel A. Ravizé, regresó para terminar el sexenio.

Nadie por decisión propia y menos para buscar una posición –como se dijo- con igual o tal vez menor nivel jerárquico y de representatividad. No es lo mismo ser Gobernador de un estado que jerarca de un partido.

Además, no son los tiempos para renovar la dirigencia partidista. Marko Antonio Cortés Mendoza asumió funciones como presidente del PAN el 18 de noviembre del 2018 y terminará tres años después. Tampoco dejará incompleto su paso histórico y menos entrever la posibilidad que se retiró por incompetente.

Allá los que aceptaron la versión inicial de Díaz Durán.

Un presidente del PAN puede renunciar cuando busca un encargo más relevante. Se vale en el caso de Ricardo Anaya que alcanzó la candidatura presidencial en 2018.

Tampoco hay que olvidar que, la postulación de Marko Antonio se dio con el apoyo de varios Gobernadores como el de Querétaro, Francisco Domínguez Servién; de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez; de Quintana Roo, Joaquín González, y desde luego el de Tamaulipas. Forman parte del mismo establo como para andar poniéndose zancadillas.

Ellos mismos fueron de los Gobernadores, encabezados por Cortés, que asistieron al IV informe de Cabeza de Vaca.

Especulando en el futurismo, podemos decir que nuestro Gobernador terminará su ejercicio en septiembre del 2022, casi dos años antes que el PAN “destape” a su candidato a Presidente en 2024.

La dirigencia de Acción Nacional se renovará en 2021 y estamos seguros que Francisco García no la buscará. Más bien, si quiere ser candidato presidencial, se podrá dedicar de tiempo completo a recorrer México para “posicionarse” tal y como lo hizo el ahora difunto Rafael Moreno Valle.

Seguir la ruta de Anaya para ser candidato a “la grande” no es lo más aconsejable. Se echó a medio partido encima por su método perverso de alcanzar el objetivo…. Y perdió con ayuda del “fuego amigo”.

Transcurrido el Informe del Gobernador sigue la comparecencia de funcionarios por el recinto del Congreso del Estado, ante el pleno y en Comisiones, en lo que se llama “glosa”. Es un ritual que se repite cada año y, si se aplican, sirve de “pasarela” para los funcionarios de primer nivel que buscan futuro.

En otros asuntos, el Tribunal Electoral informa que Don Mario López Hernández, alcalde de Matamoros, no quiere comparecer ante el Congreso del Estado para que lo sancione por utilizar recursos públicos en la campaña política de Morena en el 2018.

Con una mayoría panista, la legislatura lo podría “abrir en canal” y condenarlo incluso al retiro de la responsabilidad municipal por un periodo de 12 meses.

Por la vía de reconsideración, la Sala Superior del TRIFE dio entrada a la apelación del señor López. Es la última instancia, ahora sí, de ese pleito que ya dura un año: Se va “La Borrega”, o se queda