El Primer ministro del Territorio de la Capital Australiana (TCA), Andrew Barr, declaró un estado de emergencia en Canberra, ante el avance de los incendios forestales que amenazan barrios periféricos de la capital.

“Dadas las extremas condiciones de incendios hoy y mañana, y la amenaza a las vidas y las propiedades derivada del incendio del Orroral Valley, he decretado un estado de emergencia en la totalidad del TCA”, publicó Barr en su cuenta de Twitter.

Apuntó que la medida “es efectiva ahora y estará vigente mientras Canberra esté en riesgo”, dijo Barr de acuerdo con la cadena Sky News.

Esta es la primera vez que se decreta un estado de emergencia en el Territorio de la Capital Australiana desde los incendios forestales de 2003, que mataron a cuatro personas y destruyeron más de 500 hogares.

El primer ministro de TCA advirtió a las familias que se preparen para la “peor situación posible” antes del empeoramiento de las condiciones este fin de semana. “Ahora no hay mayor prioridad para todo el gobierno de TCA en este momento que esta amenaza de incendio forestal”.

Las autoridades temen que un infierno que arde a 40 kilómetros al suroeste de Canberra alcance niveles devastadores de intensidad durante el fin de semana.

Un incendio en el Valle de Orroral, que se está descontrolando alrededor del área del Monte Tennent en el Parque Nacional Namadgi, amenaza a las comunidades rurales al sur de Canberra.

La Agencia de Servicios de Emergencia de TCA (ESA) advirtió que las casas en el área rural están bajo amenaza, reportó la cadena ABC News.

Al mediodía de este viernes 31, los termómetros en algunas partes de Territorio de la Capital Australiana marcaban más de 40 grados centígrados e iban a más, según la Oficina de Meteorología.

Se espera que la ola de calor llegue a Melbourne y Canberra este viernes, y que partes de Sídney alcancen los 45 grados centígrados el fin de semana. Las autoridades advirtieron que el calor abrasador, acompañado de vientos secos, traería severas condiciones de incendios forestales en zonas de Nueva Gales del Sur y Victoria, dos estados donde aún arden más de 80 incendios forestales.

Desde septiembre pasado, los incendios forestales en Nueva Gales del Sur, Victoria y otras zonas del sureste de Australia provocaron la muerte de al menos 33 personas, entre ellos tres tripulantes estadounidenses de un avión cisterna que se estrelló el 23 de enero.

También mataron a más de mil millones de animales, además de arrasar una superficie de 10 millones de hectáreas y alrededor de 3 mil viviendas.