Por Juan Sánchez-Mendoza

 

El contagio del coronavirus sigue multiplicándose hasta el grado de que las cifras cada día son más alarmantes, pese a todos los intentos que se han hecho para frenar su propagación.

He aquí las estadísticas hasta cerca de la medianoche: 

1) A nivel global, hay 2 millones 60 mil 927 infectados; 134 mil 354 muertos y se han recuperado 511 mil 356 enfermos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS);

2) En México existen 5 mil 847 casos confirmados, 449 fallecidos y 11 mil 717 sospechosos, consigna el corte de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud; y

3) Tamaulipas en concreto, acorde a la información de la Secretaría de Salud estatal, alcanza 96 infectados, 4 decesos y más de 150 en investigación.

Sin embargo en territorio nacional hay gente que desestima el riesgo y desatiende las medidas sanitarias exponiéndose (también exponiendo a los suyos) al contagio saliendo a la calle y convivir con otras personas quienes, tal vez, tampoco han entendido que el problema es real.

El llamado a permanecer aislados –hecho por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades sanitarias–, de poco ha servido, por lo que los gobiernos federal, estatales y municipales harían bien en endurecer sus estrategias para obligar a los ciudadanos a mantenerse en casa y a los usureros (casas comerciales, prestamistas, refaccionarias, franquicias), ¡no concederles más tiempo!, aunque pretexten tener actividades esenciales.

Por otra parte, hace falta una campaña de información directa –no sólo a través de las redes sociales–, para explicarle a los ciudadanos acerca del tamaño del problema; sus orígenes, desarrollo y consecuencias, pues de lo contrario cada cuál seguirá interpretándolo como mejor le acomode.

¿De qué se trata?

Los coronavirus son una extensa familia de virus que se descubrió en la década de los 60, aunque hasta la fecha su origen es desconocido. Se les llama así porque su aspecto es muy parecido a una corona o a un halo, y pueden provocar desde un resfriado hasta una forma grave de neumonía.

Se transmite generalmente por vía respiratoria, y todo parece indicar que el nuevo virus tiene su procedencia en los animales, pues los primeros casos que se dieron ocurrieron en un mercado de animales vivos en Wuhan, ciudad en China.

Síntomas:

Los principales son secreción nasal, tos, dolor de garganta y cabeza, fiebre, escalofríos y dificultad para respirar.

Hasta la fecha no se dispone de una vacuna para combatir la infección por coronavirus, aunque mantener una buena higiene es la mejor forma de evitar el contagio.

Detectarlo es harto difícil pues regularmente, en principio, los síntomas asemejan a una gripe; y hasta que no se practiquen pruebas al paciente es cuando puede diagnosticarse.

Lamentablemente, hasta hoy sólo hay en México 500 mil pruebas para aplicarse 300 mil en las 32 entidades del país –acaban de comprarse–, por lo que no alcanzarían en esta segunda fase para diagnosticar a quienes un padecimiento semejante a la gripa sufran.

Pero lo peor, es que nadie sabe dónde están los reactivos.

De ahí que algunos hospitales de México (Tlalnepantla, Monclova y los Cabos) presenten hoy contagios entre su personal médico, paramédico, de enfermería y administrativo, aunque en principio el director general de los nosocomios del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Alejandro Robledo Aburto, haya negado los hechos.

Por tanto, es necesario atender el protocolo preventivo:

a) No salir de casa,

b) Lavarse las manos frecuentemente: 20 veces al día, de preferencia (aunque sea con líquido de garrafón rellenable, como en Ciudad Victoria, donde por la culpa del alcalde Xicoténcatl González Uresti no hay agua);

c) Desinfectar con cloro los pisos, la ropa y calzado, cuando llegue de la calle;

d) Estornudar colocando el entre-codo en la nariz; y toser cubriéndose la boca con un pañuelo, servilleta o hacer de lado (ya que no sabe dónde puede surgir el virus);

e) Evitar saludar de mano y menos de beso (no importa que su alcalde acostumbre hacerlo con sus colaboradores);

f) Impedir las visitas familiares (o del ‘sancho’, con no salir de casa);

g) No ir a lugares cerrados (cantinas, restaurantes, tiendas de conveniencia); e

h) Impedir que sus hijos salgan con ‘amigos’ (en el buen sentido de la palabra), amigas y/o conocidos.

Sólo de esta forma contribuirá a frenar la propagación del coronavirus, que, le insisto, ya es alarmante en el orbe, el continente, el país y el municipio.

 

*** Las cifras corresponden a los reportes de ayer a eso de las 23:30 horas.