El Patinadero

Por Juan Antonio Montoya Báez

 

Todavía se pregunta de quién fue la culpa de que se cancelará la gira del presidente Andrés Manuel López Obrador en Tamaulipas, cuando todo estaba planchado y listo para recibirlo.

La intención era presentar avances de los programas sociales insignias de esta administración federal, pero algo no cuajo.

AMLO, sus coordinadores de giras y asesores finalmente decidieron suspender la visita a Tamaulipas donde impulsaría el programa ‘Jóvenes construyendo el futuro’.

La cancelación se origina porque los proyectos que presentó el coordinador de delegados federales, José Ramón Gómez Leal, fueron rechazados desde el centro del país, por lo que esta gira cambió de sede.

Finalmente Andrés Manuel López Obrador recorrió Coahuila y Nuevo León, donde supervisó el funcionamiento de los programas de bienestar.

‘JR’ se quedó vestido y alborotado. Su novatez no le permitió mantener el estatus de aprobado, los comentarios y criterios que surgieron para rechazar la sede fueron muy diversos.

Uno de ellos es el problema de la corrupción que se registra en algunas delegaciones federales, como el Instituto Mexicano del Seguro Social, donde se acaba de dar el relevo y en donde en esta ocasión ni siquiera consultaron al ‘JR’ Gómez.

Es más, los delegados del IMSS fueron seleccionados a través de un método sumamente moderno. Sus nombres se metieron a una tómbola y sacaron el nombre de la entidad que les tocaba. Esto evita conflictos de interés y compromisos, como los que se establecieron anteriormente.

En ese conflicto de intereses, también se recordó que existe una investigación abierta en la Contraloría de la Federación en contra del propio ‘JR’, quien es uno de los dos ‘súper delegados’ en el país que son indagados por irregularidades cometidas en el desempeño de sus funciones.

El único culpable de la cancelación de la gira fue el propio ‘JR’ Gómez Leal, por su incapacidad e ineptitud para  poder elaborar y proyectar una gira de trabajo presidencial.

Hay tanta suciedad que es incapaz de tallar para limpiar la inmundicia. Más bien parece contento de trabajar en medio de ese cochambre donde ya se contagió y trabaja muy a gusto en el pantano.

En Matamoros, el alcalde Mario Alberto López Hernández encabezó el 184 aniversario del decreto que le concedió el título de ‘Villa de Matamoros’, marco en el que invitó a los ciudadanos para que en unidad sigan contribuyendo al crecimiento y desarrollo de esta localidad, durante la ceremonia cívica realizada en el Museo Histórico Casamata.

El edil matamorense, acompañado de su esposa Marsella Huerta de López, entregó dos reconocimientos. Uno de ellos al profesor Mauricio Rangel Candanosa, por su labor generosa de educar; y otra de las preseas fue para la maestra Gloria Smer Verdín, por la iniciativa de rescatar el himno a Matamoros.

El alcalde dijo que se trabaja en la consolidación de la ciudad, pero reconoció que hay mucho por hacer en Matamoros. Sin embargo su gobierno trabaja en la construcción de una plataforma de crecimiento y desarrollo.

“Invitamos a participar a todos los matamorenses porque son tiempos de irnos integrando, tiempos de mucha unidad para avanzar en la construcción de la ciudad que queremos para nuestros hijos y nietos”.

Lo único malo, es que Mario López también se quedó con las ganas de que el presidente López Obrador inaugure las obras que se construyen con recursos de la SEDATU para el combate de la pobreza, al mismo  tiempo que gestiona atraer la Dirección General de Aduanas.

Bueno, por hoy es todo.

Adiós y aguas con los patinazos…

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