Por Juan Sánchez-Mendoza

En los planteles del Colegio de Bachilleres de Tamaulipas (COBAT), existe descontento generalizado entre su planta docente y administrativa, pues el ‘tutelaje político’ heredado ha impedido enmendar los yerros y las acciones de corrupción para que ese organismo recupere su estatus académico.

Sobre todo, ahora, cuando el interés del gobernador, Francisco Javier García Cabeza, es alcanzar una educación de calidad. Pero ocurre que en la institución hay personajes que se niegan al cambio por ahí encontrar ‘su minita de oro’, arropados, según ellos, por políticos de mayor monta.

Durante los meses más recientes se ha comentado la descomposición que enfrenta el colegio por los grupos enquistados en su administración (so pretexto de ser cuotas políticas) y los planteles que existen en 37 de los 43 municipios del estado, sin que asome autoridad alguna que ponga fin a ese flagelo.

Hace días, un grupo de trabajadores remitió a mi correo electrónico un escrito –obviamente, solicitando el anonimato de las identidades ‘por temor a represalias’–, manifestando su hartazgo ante el mar de tonterías que han publicado algunos medios de comunicación masiva, ‘sin tener conocimiento alguno de las cosas’.

“Sólo especulan, con la intención de agraviarse (los funcionarios) unos y otros”, sugiriendo que son ellos quienes filtran información dolosa ante su disputa por el control del organismo en aras de conservar canonjías y hasta plazas de nivel directivo (docente y administrativo).

Un firmante manifiesta: “Yo como realmente pertenezco al COBAT, me siento lastimado y ofendido por las cosas que se publican (puesto que) sólo perjudican la imagen de este noble instituto, mandándole un mal mensaje a la sociedad y en detrimento de la institución…”

Los remitentes dicen que vía WhatsApp han recibido mensajes –como otros anteriormente–, donde una vez más se hacen señalamientos que a su percepción están fuera de contexto, porque sólo se abordan los temas a medias y a conveniencia.

Y enumeran algunos casos:

a) Cuando se habla de corrupción en el COBAT, sólo citando períodos anteriores, es vivir en el error, pues en otros sexenios hubo más inversión en infraestructura y equipamiento para las escuelas.

Claro que, a partir de unos períodos a la fecha, esto ya no ha pasado y el COBAT se ha ido rezagando poco a poco.

Y con la llegada y salida de Cesar Guerra (Montalvo) fue el acabose para el Colegio de Bachilleres de Tamaulipas, administrativa y académicamente. Nos caímos estrepitosamente.

b) Corrupción, es hablar de cómo en el periodo inmediato anterior, con César Guerra al mando, los coordinadores de zona, directores, jefes de departamento y allegados a él, recibían cantidades de dinero en cuentas personales y en efectivo para luego repartirse entre todos esas ganancias de negocios como la venta de libros de mala calidad, credenciales, uniformes, zapatos y vestidos. Incluso de inscripciones, que no fueron reportadas a los ingresos escolares. De esto existen denuncias ante la contraloría del estado perfectamente documentadas.

c) Hablar de corrupción, es señalar cómo la voracidad de esta persona terminó con las cafeterías de los planteles, saqueadas, y con directores de escuelas estafados y forzados a participar en estos indignantes hechos.

Fue así como algunos jefes de departamento, directores de área de la Dirección General del COBAT y hasta diputados locales se apoderaron de las cafeterías escolares, instalando además empresas particulares que se vistieron de papelerías y centros de copiado. Todo con la intención de exprimir la economía de los padres de familia y así asfixiar la operatividad de los directores a los que amenazaron diciendo que era una instrucción del senador Ismael García Cabeza de Vaca.

Esa fue la gestión gris y corrupta de César Guerra y compinches, que siempre señaló que lo hacían porque mucho tiempo estuvieron fuera del poder y (ésta) era la oportunidad de empacharse de dinero. Pero al ser descubierto en la maniobra de utilizar el nombre de funcionarios estatales y diputados para cubrir sus raterías, le costó el puesto y hoy no se sabe en dónde esté y ande robando.

d) Corrupción es incrementar la nómina del COBAT con amigos, parientes, compadres, novias, exnovias, sin el perfil que los puestos y claves requieren para no violentar la normatividad; jefes de materia sin perfil ingresaron por el sólo hecho de profesar la misma religión del exdirector y desempeñando puestos administrativos. Novias con sueldos y compensaciones muy buenas al servicio de algunos vivos y sin desempeñar actividad alguna; choferes y caporales sin perfil ni preparación académica con claves de docente. Todo documentado y presentado ante las instancias correspondientes.

e) Corrupción es también hablar de cómo se manejó a conveniencia la asignación de las horas, plazas y contratos para beneficio de los bolsillos de esta pandilla de corruptos, todos coordinados por Ramón Guerrero (García), quien con la complicidad de directores coordinaba este obscuro negocio de la venta de plazas.

f) Corrupción también es utilizar recursos humanos y materiales en asuntos externos a las actividades del COBAT como algunos coordinadores lo hacen, desviando personal académico en funciones que no son compatibles con su labor, pero que a la primera queja de hacer estas actividades son reprimidos y amenazados con la bandera del PAN.

Las elecciones están cercanas y estas acciones no son bien recibidas por los trabajadores y maestros del COBAT.

g) Corrupción es acosar laboralmente a los docentes y administrativos del COBAT haciéndolos renunciar o enviándolos a otros centros escolares, lejos de sus casas, con el ánimo de que renunciaran y/o perjudicándolos económica y psicológicamente. Esta acción sólo incremento las demandas laborales en perjuicio de los ingresos del COBAT; los ‘berrinches’ salieron caros; todas las demandas las ha perdido el COBAT disminuyendo así sus recursos y poniendo en peligro su vida administrativa. Eso también está documentado en las Juntas de Conciliación.

h) Corrupción es enviar a un directivo a amedrentar y provocar a una planta docente como lo es la del Plantel 05 (Victoria), en donde el director Víctor Manuel Anaya Gil, amigo del alcohol y la guitarra, no se ha cansado de desestabilizar a la planta docente a la cual acosa y amenaza de ‘levantarla’ y grita a los cuatro vientos de ser protegido de la Columna Armada ‘Pedro José Méndez’; y del secretario general de Gobierno, César Augusto Verástegui Ostos,, involucrando a la coordinadora de la zona, Lorena Verastegui –sobrina de ‘El Truco’–, de quien se aprovecha el ruin director Víctor Anaya para ostentar que el Secretario General de Gobierno lo apoya en sus desmanes, ¿Acaso porque él tiene la intención de atentar contra el proyecto político del funcionario estatal?

i) Esta situación, además de la inseguridad e incertidumbre entre los docentes –que igual temen por su vida–, ha provocado que los índices de deserción y reprobación estén por las nubes y corriendo el peligro de desaparecer el plantel por falta de alumnos; y aunado a esto asoma el grito desesperado de los maestros que están cansados de tantas humillaciones por parte de este director enviado por César Guerra, para tal fin. Y para rematar, surge el deplorable desempeño de Víctor Anaya, quien también es director de una escuela primaria en el turno vespertino, siendo actividades incompatibles, pero solapadas desde la Dirección de Educación Básica.

j) Corrupción es nombrar a Jesús Iván Romero (Velázquez) como director académico, por el sólo hecho de haber practicado una auditoria a los centros educativos pertenecientes al COBAT. ¿Qué encontró en esa auditoria? ¿Fue su nombramiento el pago a callar los resultados? ¿O es el hecho de ser apadrinado por obra y gracia de la coordinadora de los COBAT en la Subsecretaría de Educación Media Superior –Glenda (Leticia Cervantes) Lomelí–, cuyo gran mérito es ser la amiga íntima de Álvaro Niño Espinosa?

El nombramiento de este personaje, con dudosas conductas, ha hundido el trabajo académico del COBAT, ya que las funciones pedagógicas quieren ser abordadas a destiempo y sin el sentido académico pertinente, siendo los directores de las escuelas son quienes resuelven las problemáticas que se presentan en sus docentes.

Iván Romero es un director elitista, quien desde su escritorio y sin conocimiento aborda los temas académicos generando sólo caos en las escuelas y enojo en los directores de los planteles.

Estos y más temas, de los que luego se hablarán, son acciones que demuestran la verdadera corrupción de personajes nombrados sólo para saquear instituciones y acabar con su imagen.

Lamentablemente el COBAT sólo fue visto por Cesar Guerra y cómplices con capricho y ceguera, convirtiéndolo en una cueva de ‘Ali Babá’ y no en una institución de la educación que demanda el pueblo de Tamaulipas.

Corolario 

El gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, ha manifestado que el COBAT es una institución de vanguardia y garante de la excelencia académica.

Entonces, ¿por qué las autoridades educativas no ponen orden para que el organismo cumpla su cometido?