POR José Inés Figueroa Vitela

“Mira Botija, no nos hagamos…” diría la Chimostrufia con singular desenfado.

El gobierno federal tiene una deuda interna de 6.69 billones de pesos, además de la deuda externa de casi 2 billones, lo que repartido entre las 32 entidades federativas serían 271 mil 718 millones adeudando cada entidad, por instancias de la federación.

Y ciertamente, la mayor parte de esa deuda proviene de sexenios anteriores, pero el actual no ha dejado de contratar financiamientos y en muchos años, ha sido en este, cuando en algún trimestre, el crecimiento de la deuda superó el doble al crecimiento del producto interno bruto.

Cuando aun había crecimiento, aunque fuera marginal.

De promoción doméstica, la deuda directa e indirecta del estado ronda los 16 mil millones de pesos y pretende superar los 20 mil millones, si se ejerce el total de los 4 mil 600 millones de nueva deuda, aprobada por el Congreso Local, para afrontar la pandemia del Coronavirus y sus consecuencias.

De acuerdo al Instituto Mexicano para la Competitividad, “la deuda pública no es ni buena ni mala; es un instrumento de financiamiento que bien utilizado puede detonar la inversión, desarrollo económico y bienestar para las personas”.

He ahí el meollo, pero antes de las particularidades podemos abundar en cifras y tiempos.

En los análisis del IMCO, al tercer trimestre del año pasado, los 13 mil 100 millones de pesos de deuda directa estatal significaban el 72 por ciento del total de las participaciones federales anuales de libre disposición que recibía, y el 29.4 por ciento del total de sus ingresos de esa fuente, ubicándose en la novena posición del ranking nacional.

Por los compromisos directos del Estado, cada tamaulipeco debe 4 mil 471 pesos.

En los dos últimos ejercicios, entre el 2 mil 18 y el 2 mil 19, la deuda pública directa e indirecta de Tamaulipas pasó de 12 mil 874.7 millones de pesos a 14 mil 885.25 millones, lo que significa una variación de 3 mil 248.47 pesos, equivalente al 22 por ciento de crecimiento.

En el concierto nacional, fueron seis estados los que en ese lapso reflejaron incremento en sus deudas y aunque la Ciudad de México se acerca a la cifra tamaulipeca, apenas significa el uno por ciento de crecimiento en su propia deuda, con un porcentaje menor de sus ingresos.

En la contraparte, hablando de porcentajes, Tlaxcala es el único Estado que supera al nuestro, al reflejar un 24 por ciento de crecimiento, pero su deuda no es del gobierno estatal -que está en ceros- sino de los municipios y ese 26 por ciento son 10 millones de pesos, al pasar de 49 a 59 millones el total del endeudamiento del Estado.

El corte al 31 de diciembre de la deuda pública estatal, publicado en el Periódico Oficial del Estado el 4 de febrero -los cortes se hacen trimestrales y pasado un mes se publican-, reflejó el nivel de la deuda directa estatal en los 14 mil 416 millones de pesos y la deuda indirecta por 175 millones de municipios, 44 millones de comapas y 430.9 millones de ITAVU, más otros mil millones de entes públicos, que no llevan el aval del estado.

En el ejercicio del 2 mil 17, aparecen contratos de deuda por 8 mil 475.7 millones de pesos, pero no es que en ese monto haya crecido la deuda estatal.

Se duplicó, sí, el tiempo de amortización, para que en lugar de en 15 años, se pagara la deuda en 30 años y aunque no se redujo la carga del servicio de la deuda -los abondos mensuales que se le hacen-, la operación sirvió para liberar el gravamen al impuesto de nóminas, elevar la calificación y acceder a más empréstitos.

Ya en el 2 mil 18 fue cuando se ejercieron créditos con recursos “frescos”, por un monto de 5 mil 102.7 millones de pesos, para compensar los déficits presupuestales.

Del año pasado, en el informe de diciembre no aparece el ejercicio de financiamiento privado por el Estado, aunque el Congreso Local en pleno aprobó una modificación, para pasar la mitad de un crédito de 3 mil 200 millones de pesos aprobado para el ejercicio anterior, a otros destinos de los originalmente presupuestados.

De acuerdo a la iniciativa avalada por los diputados, del financiamiento autorizado para obras de infraestructura de seguridad y justicia -que incluía la construcción de paraderos carreteros cada 50 kilómetros y la conclusión del penal estatal- se generaron ahorros, al eliminarse de la agenda la cárcel y con ese dinero -más otros financiamientos por 600 millones que en el acto se aprobaron- se harían otras obras de las que luego se daría cuenta.

Son solo datos duros, que eventualmente sirvan para ilustrar lo tanto que andan diciéndose los actores políticos sobre el tema; sería buenos que ellos también se ilustraran, para elevar el nivel del debate mediático.

Flaco favor le hacen a sus patrones, quienes andan “defendiendo” la causa, a favor o en contra del financiamiento, sin tener idea de lo que se trata esto, el entorno y su contexto, solo repitiendo como cotorros, lo que otros dicen.

“Bien utilizado -insistirá la definición del IMCO sobre el financiamiento- puede detonar la inversión, desarrollo económico y bienestar para las personas”.

Al final del día, ciertamente hacen falta esos y muchos otros recursos para poder ver la luz al final del túnel, de lo que significa la contracción económica por la pandemia del Coronavirus, amén de las necesidades básicas para acotar lo saldos en la salud pública.

En ese sentido, el Gobernador FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA anunció el envío de una misiva al Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, urgiéndolo a implementar un Programa de Emergencia Económica, con acciones concretas para apoyar a las micro, pequeñas y empresas en general. A defender el empleo y apoyar la economía familiar.

No se puede esperar a que “revienten” masivamente las empresas, los desempleados y todos quienes se quedaron sin los ingresos para sostener a sus familias tengan que salir a la calle a buscar el sustento al precio que sea.

No hay quien saldría bien librado de ellos, con o sin los pertrechos familiares necesarios.

En la bitácora de la pandemia, ayer se registraron cuatro nuevos casos de contagio en Nuevo Laredo, Reynosa, Ciudad Victoria y Matamoros, ascendiendo a 90 el total de positivos detectados, con once ya recuperados, 589 negativos, 112 en investigación y cuatro defunciones.

La zona cunurbada del sur sigue siendo la de mayor incidencia con 21 casos en Tampico, 16 en Madero y 3 en Altamira para sumar 40, seguida por Reynosa 14, Matamoros 13 y Nuevo Laredo nueve, Victoria siete y Rio Bravo cinco.

En cosas más amables, a favor del encierro necesario, el Gobierno estatal a través del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes organizó un concurso de canto en línea, para animar el talento y alegrar a los cibernautas.

Ayer inició la exhibición en las redes sociales de los audiovisuales correspondientes a los 17 participantes finalistas, escogidos por un jurado, los cuales están disponibles en las cuentas del instituto para que los cibernautas, además de disfrutar las interpretaciones, voten por los que les parezcan mejores.

El ganador saldrá que quien tenga el mayor número de interacciones (“me gusta”, “me encanta” y “me asombra”) de aquí al 24 de abril.

El ITCA, bajo la dirección de la exsenadora SANDRA LUZ GARCÍA GUAJARDO mantiene un activismo sin precedentes, aun en medio de las contracciones presupuestales y especialmente en estos tiempos, cuando los espacios públicos están cerrados.

Es un mérito que se potencia, además, por lo tan necesario que resulta encontrar alternativas de distracción, recreación y convivencia, en las limitaciones de la pandemia.