El Pleno del Senado eligió con mayoría calificada a Ana Margarita Ríos-Farjat como nueva ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para los próximos 15 años.
Ríos-Farjat recibió 94 votos, mientras Ana Laura Magaloni Kerpel registró 25 y Diana Álvarez Maury obtuvo uno. No se registraron abstenciones, pero sí dos votos nulos.
Luego que Mónica Fernández Balboa, presidenta de la Mesa Directiva del Senado, dio a conocer el resultado, Ríos-Fajart rindió protesta como ministra de la Corte.
La votación se realizó por cédula y cada senador recibió un sobre con su nombre, y se dio cuenta de cada paso que se realizó en el conteo, y por ello se informó, antes de empezar el escrutinio de los sufragios, que de los 122 votos emitidos en la urna transparente se encontraron dos sobres vacíos y dos objetos: un barco y un avión de papel.
Al comparecer ante el Pleno camaral por 20 minutos, igual que las otras dos candidatas, Margarita Ríos-Farjat afirmó que la visión de entereza es la que la ha inspirado en su vida y también lo será para desempeñar dicho cargo.
“Someto a ustedes el expediente de mi vida, mi autonomía, mi independencia y mi integridad”, agregó.
Expuso que sus compromisos son: cohesión del orden jurídico mexicano, mantener la lógica jurídica, fortalecimiento y autonomía institucional, sensibilidad a continuar desarrollando el Artículo primero constitucional en accesos, combate a la desigualdad y a la corrupción.
Dijo que son grandes los retos que se tienen como país, y no se trata de incluir a los pobres en una visión de justicia, sino de justicia hacerlos menos pobres, lo mismo tratándose de quien se siente pobre en sus derechos y oportunidades.
Subrayó que el país está en proceso de transformación y los mexicanos buscan recuperar sus valores nacionales, y lograrlo depende de muchos factores, voluntades y anhelos, ya que la justicia es la vía privilegiada para la reconciliación de todos en la paz y la equidad.
La SCJN, precisó, tiene el compromiso de velar por sus sentencias, velar en ellas por la solidez institucional del Estado mexicano, y mantener una mirada atenta y crítica sobre sí misma, a fin de predicar con el ejemplo de solvencia, autonomía, honradez, eficiencia y distancia.
“La Corte es la mayor responsable de garantizar el orden jurídico, y ello no es tarea fácil porque existen grandes intereses económicos, intereses delicuenciales, oscuros y sin ley; políticos e ideológicos”.
“Es inocente pensar que son claramente identificables, al contrario se entremezclan y se camuflagean, y esto es algo que he vivido al frente de una institución sólida y profesional como lo es el Servicio de Administración Tributaria”, concluyó Ríos-Farjat.