Éste día tan especial para todo Latinoamérica, al celebrarse la aparición de la Virgen de Guadalupe (1531), bien vale la pena reproducir un comentario del periodista Juan Sánchez Mendoza, intitulado ‘Apariciones religiosas’.

Helo aquí:

Pese al escepticismo de un sector de la población, autodefinido como ateo, la iglesia católica no desmitifica las recientes apariciones de la Virgen de Guadalupe.

Y aunque tampoco ha dado fe de su autenticidad –porque esto sólo le corresponde al Vaticano–, sí acepta que las imágenes sean veneradas  por millones de feligreses.

La grey católica no requiere de estudios minuciosos ni acepta la intervención científica para venerar las figuras guadalupanas recientemente descubiertas, por ser legítima la admiración que los feligreses sienten por la imagen de la Virgen del Tepeyac; y si éstas últimas son o no verdaderas revelaciones, corresponde a la Santa Sede ofrecer una declaración más explícita.

De cualquier forma, en los lugares donde se han encontrado figuras que semejan a la Guadalupana, miles de creyentes han desbordado toda su fe y cotidianamente acuden a venerar las imágenes.

Al respecto, el jesuita Javier Escalada ha dicho que las siluetas manifestadas son una mera casualidad; que no hay apariciones ni nada sobrenatural.

Pero la gente piensa lo contrario.

Y la Conferencia del Episcopado Mexicano((CEM) también ha emitido sus puntos de vista: “La revelaciones son una expresión de fe de la persona, de confianza en Dios. Y aunque regularmente en las apariciones hay imágenes y palabras, éstas últimas manifestaciones no podemos negarlas. Y no porque son signos de cariño de la gente hacia la Virgen María”.

En un documento elaborado ex profeso, la Conferencia del Episcopado Mexicano, incluso, dice que que no hay apariciones para agradar a las personas, sino para dar esperanza a los más deprimidos.

Sobre el particular, vale la pena recordar las palabras del clérigo Norberto Rivera Carrera: “No se trata de apariciones formales, aunque sí de signos de cariño hacia la Virgen de Guadalupe”.

De ahí que las figuras aparecidas en losetas, palmeras, comales, paredes y ventanas, hayan desbordado la fe de la comunidad guadalupana que últimamente ha localizado imágenes en la Ciudad de México, Puebla, Tlaxcala y Monterrey.

Algunos clérigos han llegado hasta los lugares ‘milagrosos’ para dar fe de los hallazgos.

Y si bien es cierto que dudan en avalar como reales tales manifestaciones, también es verdad que no se han atrevido a desmitificarlas, “porque la fe es muy grande y las muestras de cariño crecen hacia la Virgen de Guadalupe todos los días”, dicen en la congregación de las Carmelitas, donde se realiza un seguimiento teologal sobre las revelaciones más recientes de la Guadalupana, aquí, en territorio nacional.

A través de las generaciones, el símbolo de la Madre de Dios ha sido reinterpretado, como se muestra enseguida al resumir la historia de María sobre lo que ha dicho la Iglesia Católica y lo considerado por los ‘visionarios’

María, Madre de Dios.- En el tercer consejo ecuménico, celebrado en Efeso (ahora Turquía), éste título fue hecho oficial e incorporado a las oraciones.

Virgen de Guadalupe.- Así se llamó a la imagen bendita en México, a partir del año 1531, cuando hizo su aparición ante Juan Diego, en el Cerro del Tepeyac, solicitándole que buscara al fraile Juan de Zumárraga para implorarle construir una iglesia en la Ciudad de México.

Hay otros significativos, que, obviamente, no deben considerarse.

Lo cierto es que hoy, 12 de Diciembre, la Guadalupana es venerada.

Amigos súmense al festejo.

Y si no conocen la letra del cántico, aquí les va:

“Desde el cielo una hermosa mañana… (tres veces)

“La Guadalupana.. (ídem)

“Bajó al Tepeyac.

“Su llegada llenó de alegría (tres veces)…”

“De paz y armonía…

“De paz y armonía… y de libertad.

“Por el monte pasaba Juan Diego…

“Y acercose luego y acercose y acerorse luego al oir cantar.

“Juan Dieguito, la Virgen la dijo… (tres veces)

“Este cerro elijo (dos veces)

“Este cerro elijo para hacer mi altar”

 

Y allá, en el cerro del Tepeyac, hoy nos bendice la Guadalupana.