Por Sánchez Mendoza

Los empleados u obreros que perciben un salario mínimo de 102.68 pesos diarios en las zonas llamadas A, B y C, como aquellos de la zona fronteriza cuyo sueldo es de 176.72, según la Ley Federal del Trabajo tienen derecho a recibir un aguinaldo equivalente a 15 días.

En el primer caso, hablamos de 1,540 pesos con 20 centavos.

Y en el segundo, de 2,650 pesos con 80 centavos.

Esto, en el estricto sentido de que se les cubra la disposición legal. Sin considerar horas extras, trabajos extraordinarios ni estímulos.

Pero a la fecha sólo pocas empresas pagan ésos emolumentos.

Y en su mayoría cubren sueldos por alrededor de 200/250 pesos al día generalmente, por lo que, en consecuencia, el aguinaldo aumenta hasta los 3 mil o 3,750 pesos.

Respecto a la burocracia, el salario base y compensaciones se toman en cuenta para asignar el aguinaldo (generalmente por 45 días), por lo cual nadie protesta.

Empero, ofende que los diputados federales se hayan asignado, como gasto decembrino, 327 mil 973 pesos cada uno –en aguinaldo, 140 mil 504 pesos; dieta mensual (74 mil 548); 45 mil 785 por asistencia legislativa y 28 mil 772 por apoyo a la atención ciudadana–, cuando ninguno ha sido capaz de atender el reclamo ciudadano.

Actualmente, cada diputado federal recibe una dieta mensual de 74 mil 548 pesos –más gratificaciones–, por acudir semanalmente a una sesión.

Como fuere, mientras usted sigue con el Jesús en la boca, tratando de organizar (aunque con penurias) las fiestas decembrinas, los 11 diputados federales tamaulipecos ya garantizaron con recursos públicos la celebración de la Noche Buena, Navidad y la despedida al año viejo.

Estos son: Erasmo González Robledo (Morena); Nohemí Alemán Hernández, José Salvador Rosas Quintanilla y Vicente Javier Verástegui Ostos (PAN); Mariana Rodríguez Mier y Terán (PRI); Olga Juliana Elizondo Guerra y Armando Javier Zertuche Zuani (PT); Mario Alberto Ramos Tamez (MC); Adriana Lozano Rodríguez, Olga Patricia Sosa Ruiz y Héctor Joel Villegas González.

Son los mismos que votaron en el Palacio Legislativo de San Lázaro el presupuesto federal del 2020 y, también, los que se han prestado al juego de la 4T.

De otra forma habrían rechazado el jugoso aguinaldo.