Por Juan Sánchez Mendoza
Jesús Antonio Nader Nasrallah, por más que lo ha intentado, no ha podido borrarse el sello que en 2016 le marcó Francisco Javier García Cabeza de Vaca –como parte de su manada política privilegiada–, quien lo impulsara para ser presidente municipal de Tampico, luego de estar bajo su mandato en el gobierno estatal ocupando la Secretaría de Administración, a lo largo de año y medio.
‘Chucho’ fue durante ese lapso, e inclusive hasta concluido el régimen gubernamental (septiembre 30 de 2022) colaborador cercano del entonces mandatario estatal, aunque (un año antes) hizo berrinche porque pretendía ser candidato albiceleste a suceder al amo de su cuadra.
Pero, dicen por ahí, ‘aguantó vara’.
No obstante, le jugó ‘las contras’ al elegido: César Augusto Verástegui Ostos, en campaña, orientando la cargada municipal para votar en favor de su proyecto reeleccionista y el sufragio cruzado en perjuicio del ‘Truko’.
Acción que irritaría y afectaría mucho, supongo, a su promotor.
Toda vez concluida la gestión de su patrón, Nader Nasrallah empezó a navegar como opositor del neopanismo, argumentando tener una militancia de más de dos décadas y presumiendo el desarrollo municipal, pero sin dar crédito al generoso apoyo gubernamental recibido.
Y eso que, del ostracismo, lo rescató García Cabeza de Vaca.
Basta recordar que, de la iniciativa privada, Jesús Antonio brincó como diputado federal en 2003, por el octavo distrito –ante el hartazgo ciudadano hacia el priismo–, pero después sufrió caídas electorales:
+ Una en 2004, cuando fue candidato a la Presidencia Municipal por el PAN, siendo derrotado por Fernando Azcárraga López (PRI); y otra
+ En 2007, yendo por la alcaldía (también por el membrete albiceleste) que ganó Óscar Pérez Inguanzo (PRI).
Tras su fracaso electoral en esas dos ocasiones Nader Nasrallah puso pies en polvorosa, reapareciendo por recomendación de García Cabeza de Vaca como delegado del IMSS en Tamaulipas y después formó parte de su gabinete gubernamental, como se consigné líneas anteriores.
De ahí saltó, en el 2018, como candidato del membrete albiceleste a la alcaldía del puerto jaibo, derrotando a Magdalena Peraza Guerra (PRI), por el fuerte apoyo gubernamental hacia él; reeligiéndose en 2021 al derrotar a Olga Patricia Sosa Ruiz (entonces priista), también con el apoyo de García Cabeza de Vaca.
Jesús Antonio (tras solicitar licencia para ausentarse del cargo edilicio) va, ahora, como candidato a la diputación federal por el octavo distrito.
Y sus corifeos, sopla nucas, panegiristas, aplaudidores y demás hacen conjeturas por paga de que ganará no sólo su ingreso al Palacio Legislativo de San Lázaro, sino que impondrá a su sucesor en la alcaldía.
¡Vaya, sueño guajiro!
¿Acaso ya olvidó que el desarrollo de Tampico fue gracias a su patrón, capitalizando recursos federales, para que él pudiera influir en esa plaza?
El octavo distrito electoral federal lo conforman los municipios Tampico y Ciudad Madero, ahora (por la redistritación del INE); tiene su cabecera en el ‘puerto jaibo’. Y es ahí donde (precisamente) se le da cuerda a ‘Chucho’ como el factor de decisión.
Empero, ya no está su protector o financiador García Cabeza de Vaca, como jefe político estatal, lo que significa el derrumbe del PAN y el suyo en este proceso electoral concurrente, pues los morenos, hasta donde sé, han zanjado ya sus diferencias por orden superior para aniquilar a la derecha y, consecuentemente, llevarse el carro completo en esa zona conurbada.
La candidata senatorial de la primera fórmula del membrete guinda irá por la revancha. Delo por descontado.
Así que no descartemos la caída, en el sur, del neopanismo.
Y menos, la desmitificación de ‘Chucho’ como líder político sureño.
IMPEDIDOS
Francisco Javier García Cabeza de Vaca, como Carlos Enrique Cantúrosas Villarreal y Carlos Víctor Peña Ortiz, están impedidos para ser candidatos a diputados federales (los dos primeros) y a la alcaldía (el otro).
El primero por la vía plurinominal, por ser ciudadano estadounidense y estar sujeto a investigaciones judiciales, como bien señaló, ante el Instituto Nacional Electoral (INE), Gerardo Fernández Noroña.
El segundo, al estar en revisión el amparo que impide su detención por peculado en perjuicio del ayuntamiento de Nuevo Laredo –que es cabecera del primer distrito federal electoral–, postulado por morena como candidato a la diputación uninominal.
Y el tercero, enfrenta un proceso por ‘lavado’ de dinero que no atiende por estar amparado.
Los tres han sido ampliamente señalados por sus vicios de transgredir el marco legal durante años.
Y ahora, en plena contienda electoral concurrente, se documenta (con datos contundentes) su inhabilitación para participar en el proceso, cuando aparecen enlistados por el PAN, el PVEM y morena, respectivamente.
Surgirán, en este proceso, otros nombres de candidatos impedidos por la ley para formar parte del Congreso de la Unión.
Ya lo veremos en los próximos días.
CICUTA
El insuflado Mario Alberto López Hernández, alias ‘La Borrega’, proclama a los cuatro vientos estar sobrado para ganar la elección del cuarto distrito, y, de paso, acarrearles votos a los candidatos presidencial y senatoriales, así como a quienes contenderán por las curules locales y cargos edilicios.
Su desplante es temerario pues olvida que no hay enemigo pequeño y el más claro ejemplo, lo tiene en su propia casa, donde no ha podido meter al aro a su detractor José Alberto Granados Favila (quien es cobijado por la secretaria de Finanzas, Adriana Lozano Rodríguez), ni lograr acuerdos con otros aspirantes al relevo edilicio y a diputaciones locales.
Aquí aplica el dicho: ‘Dime de qué presumes y te diré de qué careces’.
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