POR  FERNANDO    ACUÑA PIÑEIRO

La llamada Nueva Normalidad, anunciada por el gobierno federal a través de su Consejo  de Salubridad  General,  y que plantea  reabrir  la producción  industrial , trajo consigo  dos reacciones opuestas  entre la  llamada GOAN, donde se agrupan  los mandatarios estatales del Partido  Acción   Nacional.

Al menos así se advierte en su reciente comunicado, donde externan su preocupación  por la reapertura de las plantas industriales en el país, “la cual, no puede realizarse sino hasta que el nivel de contagios por COVID-19  disminuya”.

 En dicho comunicado, la GOAN advierte que la apertura de actividades industriales, “plantea un riesgo”.

En un  tercer párrafo, la GOAN puntualiza que no es posible reabrir  la actividad económica, “hasta que los  descensos en los niveles de contagios, lo permitan”.

Si embargo, en párrafo posterior dicen que,  se atenderá  a la política sanitaria formulada por el gobierno obradorista, según la evaluación que cada gobernador realice en cada uno de sus estados.

 Por lo pronto, la mañana de este jueves 14 de mayo, los gobiernos panistas de  Aguascalientes, Guanajuato y Querétaro”, anunciaron  que reanudarán sus actividades  industriales, en los ramos   automotriz  y aeroespacial, ya desde mañana sábado. Muchas de esas unidades podrían ser embarcadas por el puerto industrial  de Altamira. Hay que esperar  la opinión  del gobierno tamaulipeco.

Esto tiene  una explicación , con las necesidades del capitalismo internacional, pues en Aguascalientes, se encuentra  la planta de la Nissan, y lo mismo ocurre con el cluster  automotriz en en  Querétaro, mientras que en Guanajuato, se localiza una fuerte inversión extranjera  en el tema aeroespacial. De esta manera, las presiones de la producción global, parecieran estar dividiendo políticamente a los mandatarios azules.

—–OPACIDAD  EN LOS  DINEROS DEL CORONAVIRUS—-

  A  la  fecha,  cerca de 27  Congresos locales  de la república, y el mismo gobierno federal  siguen  incumpliendo con  la rendición de cuentas claras, en el manejo de los dineros públicos,destinados al combate del coronavirus.

  De acuerdo a organismos   independientes, como  la Unidad para la Transformación de los  Congresos, (UTRAC), Transparencia Mexicana, (TM), y otro denominado Tojil, resulta sorprendente  que a la fecha, ningún órgano legislativo del país, ha solicitado “auditorías especiales” pese a que  la Ley de Fiscalización  y Rendición de Cuentas de la Federación,  en vigor desde 2016, tenga previstas  la  realización de este tipo de ejercicios  de transparencia,  conocidos como  auditorías  en tiempo real.

 El resultado es que, hasta el momento, nadie sabe, nadie supo, a quienes se han comprado los equipos  médicos, y toda la gama de insumos que a estas alturas,  han devorado ya miles  de millones de pesos, por parte de los gobiernos estatales y  del mismo gobierno de la  república.

Aquí la pregunta  sería: ¿Quiénes son los que a la sombra de la lucha contra el COVID-19 están haciendo  jugosos negocios.

Apenas hace unos días  se descubrió  el contratismo de León  Bartlett, el junior del titular de la Comisión  Federal de Electricidad, Manuel  Bartlett  Díaz, a quien por cierto, se  sabe que le acaban de quitar la corrupta venta de ventiladores. Sin embargo, es necesario  arrojar luz hacia el interior de la administración  federal, y  existir  al mismo tiempo,  una mayor información y rendición de cuentas  por parte de los gobiernos estatales. En todos lados se cuecen habas.

 La situación es preocupante, porque  la mayoría de las legislaturas locales, en las entidades  federativas han paralizado sus trabajos,  como parte de las medidas  de confinamiento, ordenadas  desde  el gobierno federal.

 Sin embargo, habrá que  darle seguimiento a este tema que nos parece  de la mayor importancia, porque  se trata de que los hombres y mujeres  que ejercen el poder político  a lo largo y ancho del país, y aquellos funcionarios  responsables  de las políticas públicas de salud,  nos digan a los mexicanos, como  se están gastando el presupuesto de la pandemia.

   ¿A quienes le están  comprando? Y si efectivamente  se están  ciñendo a las normas  de la honestidad,  o están echando el gato a retozar, favoreciendo o enriqueciendo  todavía más a sus amigos y parientes.

Por lo pronto, aquí en nuestro país, el tema COVID-19 empeora dado que el gobierno obradorista se niega a soltar la lana, y  actualmente  sigue destinando al rubro de la salud un raquítico 2.5 por ciento, cuando el gasto promedio de los 30 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, (OCDE) es  del 5.7 por ciento.

O  sea que México, con todo y su Cuarta Transformación, está invirtiendo menos de la mitad de éste porcentaje.