El padre y activista defensor de los derechos humanos de los migrantes, Alejandro Solalinde Guerra, consideró que ningún obispo de México apoya al Presidente Andrés Manuel López Obrador, pues “estaban muy acostumbrados a los favores y privilegios y todo lo que recibían de los gobiernos panistas y priistas”.
Directo, como de costumbre, Solalinde habló con Notimex y respondió a temas como el lucro de la Iglesia Católica, la violencia en el país, los activistas que están en contra del Ejecutivo federal, su pasión por servir a los de abajo -principalmente los migrantes- y de la falta de conciencia y el “analfabetismo político”, que dice, padecen muchos.
“Me preocupa una cosa, yo pienso siempre como Iglesia porque soy parte de la Iglesia y me preocupa que ninguno, sin excepción, ninguno de ellos, obispos de México, este a favor de Andrés Manuel, que es el presidente legítimo”, enfatizó.
El también director del albergue Hermanos en el Camino asentado Ixtepec, Oaxaca, mencionó que en general los jerarcas de la Iglesia Católica han estado bien con la clase política priista y panista, pero alejados del pueblo, donde están a final de cuentas sus clientes.
“¿Quiénes son los clientes? los cristianos, los católicos que compran sacramentos, que piden servicios pagados. Pero no estaban bien con la gente que no se acerca a las parroquias. La parroquia y la diócesis son entidades centralistas donde la gente tiene que ir”, expresó.
Solalinde consideró que los obispos tienen que “dejar de ser príncipes”, hacer a un lado los privilegios y, como dice el papa Francisco, salir, bajarse, e ir donde está el pueblo.
El padre aclaró que entre los obispos existen algunos que son decentes, buenas personas, pero no fueron formados como Jesús, para ser misioneros itinerantes del reino de Dios y sumarse a estos procesos de cambio por la igualdad.
División normal
Solalinde Guerra, amenazado de muerte en innumerables ocasiones por criminales organizados como Los Zetas, por su férrea defensa a los migrantes, sobre todo los que pasan por Oaxaca, dice que la polarización que hoy se vive en México no es nueva ni obedece al trabajo de la Cuarta Transformación y del presidente López Obrador.
“Yo creo que es normal esto que está pasando, …porque estamos ante un gran cambio que requiere definición, (…) lo que faltaba era la luz para visibilizarla, hay puntos de vista diferentes, visiones diferentes porque vienen de procesos también diferentes, de conciencia, de educación, de captación y de fe”.
El párroco dijo que en los últimos meses ha recibido críticas por manifestar su apoyo al presidente López Obrador, pero desestimó la gran parte de los embates, pues consideró que generalmente son de parte de gente que no está bien informada o que tiene otra posición por la pérdida de privilegios.
Refirió que a algunos de sus detractores les ha pedido que se documenten, que lean, que estudien y dejen de ser analfabetas políticos.
Sin embargo, admite que la administración de López Obrador ha tenido algunas fallas en un país que fue dejado muy dolido, con vicios arraigados como la corrupción, el abuso del poder y la falta de justicia.
“No es para menos, el México que nos dejaron no se puede cambiar de la noche a la mañana. Tenemos unos retos enormes; para empezar para mí el más importante, todo reto es importante, pero el número uno es la educación.
La inconciencia
“Somos maleducados, estamos mal formados. No nos hemos formado con ética, con valores, no. Nos hemos formado de manera pragmática, no somos solidarios, somos inconscientes. A mí me da mucho miedo la inconciencia de la gente, la cerrazón, el fanatismo”.
El activista reconoció que en la falta de valores y la inconciencia no han ayudado la Iglesia católica, salvo por su adoctrinamiento; la Escuela, ni los gobiernos y solo en parte, la familia mexicana ha colaborado.
Indicó que la formación de la conciencia va más allá de la moral en el sentido del bien y del mal, pues implica una educación y culturización para entender las cosas, comprender, saber que está pasando.
“Yo diría para cambiar la conciencia, para educar la conciencia en el bien, yo diría que les puedo recomendar varios referentes: el primero que les recomiendo es Jesús, ese joven Jesús maravilloso que ahí está en los evangelios, Mateo, Marcos, Lucas o Juan, que lo vean.
“Dos, les recomiendo como un buen ejemplo, un buen testimonio a José Mujica, expresidente de Uruguay, se los recomiendo porque es una persona, aunque él diga que no, que no tiene fe, es una persona santa, porque santo no es perfecto, santo es el que reproduce la bondad de Dios, el amor de Dios”.
Añadió que otro referente es el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien dijo, es un buen ejemplo de vida, de congruencia evangélica, de espiritualidad, de amor a su pueblo, de entrega, “ojalá, digo yo, alguno de nuestros pastores se animaran a ser tan buenos pastores como él, andar recorriendo toda su diócesis como itinerante”.
Solalinde recomendó también analizar la Quinta Conferencia Episcopal Latinoamericana de Aparecida Brasil, el último Sínodo de la Amazonia y atender los llamados del papa Francisco, “un ejemplazo de santidad, de compromiso, de verdad”.