Reuters.- La Cámara baja del Parlamento de Rusia aprobó una reforma constitucional que permitirá a Vladimir Putin presentarse de nuevo a la presidencia del país en 2024, dejándole vía libre para permanecer en el poder hasta 2036.

A sus 67 años, Putin, quien ha dominado el panorama político ruso durante las últimas dos décadas como presidente o como primer ministro del país, compareció de forma solemne ante la Cámara ayer martes para defender que los límites de los mandatos son menos importantes en tiempos de crisis.

El presidente de Rusia, un exoficial de los servicios de inteligencia de la Unión Soviética, está obligado por la constitución a renunciar a la presidencia en 2024, año en que terminará su cuarto mandato, el segundo consecutivo. Pero la enmienda restablecerá formalmente la cuenta de sus mandatos presidenciales a cero.

La Duma Estatal, la Cámara baja del Parlamento ruso, compuesta por 450 escaños, votó este miércoles a favor de la reforma constitucional junto a otra serie de enmiendas, con un apoyo de 383 votos a favor en una tercera y última ronda de votos. Ninguno de los parlamentarios se pronunció en contra de la reforma, si bien 43 se abstuvieron. 24 parlamentarios se ausentaron de la votación.

Si, como esperan los críticos de Putin, la corte constitucional da ahora su bendición a la enmienda y ésta recibe el respaldo de la ciudadanía en una votación que tendrá lugar en abril, Putin podrá postularse nuevamente a la presidencia en 2024.

Si lograse la reelección y su salud y fortuna electoral lo permitieran, podría permanecer en el cargo por otros dos mandatos consecutivos de seis años cada uno hasta 2036, momento en el que tendría 83 años y habría pasado 36 en la cima de la política rusa.

Alexei Navalny, político de la oposición y crítico con el Kremlin, ha afirmado que cree que Putin tratará de convertirse en presidente vitalicio del país.

Putin no ha explicado cuáles son sus planes para el futuro después de 2024, pero ha dicho que no está a favor de la práctica propia de la era soviética de tener líderes vitalicios que mueren en el cargo.