Golpe a golpe

 

 

 

Por Juan Sánchez-Mendoza

 

Según el presidente Andrés Manuel López Obrador, en el último año se ha reducido el número de pobres en México.

Sin embargo hay cifras oficiales que reconocen que en México existen 43.1 millones de personas que sufren ‘pobreza moderada’ y 9.3 millones sobreviven de milagro en asentamientos urbanos y rurales.

Pero hasta la fecha no existe ningún programa institucional que brinde resultados efectivos contra la miseria, que es uno de los males sociales que al paso del tiempo se ha vuelto crónico.

La desigualdad entre los segmentos poblacionales es notable.

Por una parte se encuentra la minoría que vive las mieles del primer mundo y la civilización, y en la base piramidal se localizan ejércitos de pobres que no alcanzan a satisfacer sus necesidades elementales de vestido, vivienda, empleo y alimentación.

En el mejor de los casos –y de acuerdo a informes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval)–, las personas pobres en forma moderada viven con menos de dos dólares al día; algo así como 40 pesos.

Por décadas –y pese a las buenas intenciones de los hombres y mujeres que arriban al poder y se comprometen a combatir este flagelo–, el fenómeno continúa y eventualmente se agudiza, aun cuando en la Federación se opine lo contrario.

El crecimiento poblacional –de 20 millones de habitantes que éramos en 1940 pasó a más de 130 millones en 2020–, aunado a la eliminación de programas sociales y la creación de otros que no han dado resultados, la restricción presupuestal hacia el combate a la pobreza y la falta de vocación social de nuevos funcionarios públicos, se suman al fracaso para combatir la miseria.

Igual que los rezagos sociales como el desempleo, el empleo inestable y el consecuente deterioro del poder adquisitivo.

Por eso no hay quien le crea a al jefe del Ejecutivo Federal cuando dice que, desde que está al frente Gobierno, hay menos pobres; porque no es implantando más y mayores impuestos acciones paternalistas como se erradicaría la pobreza.

Ya ve Usted que hoy pagamos mayores tributos a la Federación y el país nada que sortea la crisis económica… ¡ah!, pero eso sí, el Gobierno federal insiste en que ya somos menos pobres.