Cd. Victoria.- La república mexicana se encuentra en una ubicación privilegiada respecto a la diversidad de pandemias que en los últimos tiempos han llegado de Asia.

Y esto va desde la gripe de Beijing (1957), la influenza de Hong-Kong (1968), la gripe aviar (también Hong Kong, 1997), el SARS de Cantón (2002) hasta el actual Coronavirus, en Wuhan, China. Por supuesto, la lista es más larga..
El privilegio citado arriba se debe a que existe una distancia considerable y un tiempo muy valioso entre el lugar y fecha de su brote, hasta el ingreso final a nuestro país.
En pocas palabras; no hay pretextos para que las autoridades mexicanas de todos los niveles se digan sorprendidas o empleen argumentos circunstanciales, si el asunto se saliera de control.
Tampoco habría perdón si la cobertura fuera ineficaz o la voracidad de los especuladores se impusiera sobre el interés público, en el abasto de productos curativos y preventivos.
O bien, si el número de afectados (y el porcentaje de fallecidos) resultasen peores a la media china, a las medias asiática y europea, donde la enfermedad les llegó de botepronto y las medidas sanitarias se activaron al tiempo que empezaban a juntar cadáveres.
Acá no fue así, por ello México merece mejores cifras, porque hemos gozado de un providencial tiempo de espera que, para su desgracia, no tuvieron las víctimas de Wuhan, China.
Sería imperdonable que nuestras autoridades sanitarias de todos los niveles salieran con cuentas chuecas, pretextos estúpidos o culpando a terceros, llámese gobiernos anteriores o hasta el neoliberalismo.
Comenté en redes hace un par de días que CNA (Channel New Asia) es un portal de noticias en idioma inglés operado desde 1999 en Singapur, por la multinacional MEDIACORP, cubriendo una veintena de países orientales.
En la red Internet cobra hoy notoriedad por el tracking diario de esta enfermedad, ofreciendo, con ayuda de un mapamundi, una gran infografía detallada con cifras locales, nacionales y globales del problema, en actualización permanente, país por país.
¿El enlace?, con mucho gusto:
https://infographics.channelnewsasia.com/covid-19/map.html

Al momento de escribir estas líneas (2 de marzo, lunes) este sitio de monitoreo reportaba 89 mil, 845 casos confirmados, entre los cuales habría 3 mil 079 muertos.
Lo cual significa que han fallecido el 3.43% de las personas contagiadas, sobreviviendo (hasta ahora) el 96.57% de las mismas.
También dije en redes que el alto porcentaje de supervivencia es noticia buena y además significativa. La diferencia entre perecer o sobrevivir a esta pandemia podría descansar en la prevención, pero, sobre todo, en la calidad, rapidez y eficacia de la atención institucional.
Ello, aunque resulte, a estas alturas, inevitable el negocio no solo de las compañías farmacéuticas sino (sobre todo) de sus intermediarios, coyotes, almacenistas. Ganancia de especuladores, a rio revuelto.
Destacan las compras masivas (y su consecuente escasez) de gel desinfectante, vitamina C, guantes, cubrebocas, de quienes piensan en dinero rápido por la vía de la reventa.
O, también, que quienes tienen stocks suficientes los estén atesorando para sacarlos a precios estratosféricos cuando la epidemia alcance su punto más alto, la cresta de la ola.
Lo hicieron en los días de la gripe aviar, la influenza porcina y el SAR, ¿Por qué tendría que ser diferente ahora?
Ello, a menos que el gobierno de la 4T demuestre de manera fehaciente y firme su voluntad de garantizar el abasto de medicamentos, cerrando el paso a la especulación.
Cuentan los conocedores que en la antigüedad hubo pestes cuya mortandad arrasó con millones. Aunque después, con el advenimiento de los antibióticos, las cifras bajaron a cientos de miles y ahora han reducido su saldo a unas decenas de miles.
Algo debe decirnos el hecho de que el Coronavirus esté matando, en promedio, a tres y medio individuos de cada cien. Ya lo comenté más arriba, sobreviven poco más de 96.
Por fortuna, no estamos ante la hecatombe apocalíptica que los medios globales dibujaron en diciembre de 2019, cuando se expandió la cepa de Wuhan.
En su mañanera del pasado viernes 28 de febrero, el Presidente LÓPEZ OBRADOR asumió el compromiso:
-“Estamos preparados para enfrentar esta situación del Coronavirus. Tenemos los médicos, los especialistas, los hospitales, la capacidad para hacerle frente, en la medida en que se vaya desarrollando, presentando…”
Y, como prueba de que todo está bajo control, AMLO informa que dará continuidad al contacto estrecho con la población en sus giras, incluyendo abrazos, besos y apretones de manos. Así lo hizo en 2009, cuando se desató la crisis de la influenza.
Lo curioso es que otros voceros de la Cuarta Transformación, como el Subsecretario de Salud HUGO LÓPEZ-GATELL estén haciendo hincapié en la recomendación de “no saludar de mano”, ni “dar besos o abrazos”, dijo, “como medida preventiva.”