Por Fernando Acuña Piñeiro

 

Si en el 2018, según el CONEVAL, Tamaulipas tenía un 35 por ciento de pobres, para el 2021, según las proyecciones de organismos internacionales, derivado del coronavirus, esta cifra podría duplicarse y llegar a un 70 por ciento. Lo anterior nos coloca como uno de los estados donde la carencia de los alimentos básicos será el motor que definirá la lucha por el poder en 2021.

Habrá muy pocos votos razonados. Imperará la democracia del hambre.

Bajo este escenario que se cierne sobre Tamaulipas y la mayor parte del país, cobrarán mucha importancia los programas de apoyos alimentarios. En aquellos estados donde gobiernen partidos opositores al obradorismo, como es el caso de nuestra entidad, se va a desatar una guerra asistencialista, donde la entrega de despensas se erigirá como la llave principal del voto.

Habrá que ver si, llegado el momento, la Federación mete candados o bien si como ocurrió en el 2019, se hace a un lado y deja operar con manos libres. Aunque ya desde ahora se ve que la situación va a ser la misma. Habrá que ver cómo evoluciona el tema de las despensas, mismas que ya desde ahora están siendo objeto de un condicionamiento  político-electoral.

En las elecciones de 2021 en México, la lucha por el poder se va a definir en el ring social de la hambruna más severa de que se tenga memoria en el país. Nuestra hipótesis se fundamenta en el estudio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mismo que vaticina que la pandemia dejará a diez millones de mexicanos sufriendo agudas carencias alimentarias.

El llamado Programa Mundial de Alimentos, pronostica que en México la cifra de hambrientos se va a duplicar, tomando en cuenta que el año pasado la estadística relacionada con este problema fue de 4.8 millones. Entre los sectores más desfavorecidos y que estarían siendo arrastrados por el vendaval de la crisis económica, derivada del Covid-19, están los desempleados y los de la economía informal, que actualmente no pueden salir de sus viviendas a buscar el sustento.

A pesar de que el problema se acentúa en los estados del sureste, no podemos subestimar la situación de entidades como Tamaulipas. Es cuestión de checar los datos del Consejo Nacional de Evaluación (CONEVAL), mismos que en 2018 revelaban que en nuestro estado había 35.1 por ciento de personas en situación de pobreza y 3.3 en pobreza extrema. El 13.2 , casi medio millón de personas eran de ingresos vulnerables, mientras que el 25.7 eran vulnerables por carencias sociales.

En Tamaulipas la población no vulnerable y no pobre, es apenas del 26 por ciento, mientras que en el vecino estado de Nuevo León éste segmento de población que no es alcanzado por la crisis se eleva hasta un 44.5 por ciento.

En Coahuila, otro de los estados de la región norestense, la población no pobre y no vulnerable es también mucho más alta que la de Tamaulipas, con un 38.9 por ciento.

En cambio en San Luis  Potosí los niveles de pobreza son más preocupantes que los tamaulipecos. Y en Veracruz, la pobreza es todavía más elevada, con niveles de pobreza extrema de 17.7 por ciento y una pobreza de 61.8, con más de cinco millones de personas.

Si tomamos en cuenta que las predicciones de la ONU, en materia de pobreza y pobreza extrema, indican que después de la pandemia se va a incrementar el numero de  gente sin recursos económicos y con hambre, entonces aquí en Tamaulipas la población con carencias para el 2021 podría ser de dos millones 800 mil personas, más del 70 por ciento del total de su población.

Las madres de mayo: Guardando la justa proporción, el movimiento de las madres de familia tamaulipecas que llegaron para apostarse frente a Palacio de Gobierno, para demandar respuesta a la desaparición de sus hijos y familiares, tiene cierto paralelismo con el histórico movimiento argentino de las madres de la Plaza de Mayo, surgido durante la dictadura militar de Jorge Rafael Videla.

Ciertamente aquí en Tamaulipas y en México hay gobiernos civiles, que nada tienen qué ver con las aberraciones de la dictadura castrense en el cono sur. Pero en el fondo del asunto se trata igualmente de un asunto directamente ligado con los derechos humanos y la justicia.

En Matamoros, la modernización urbana no se detiene: Con una inversión superior a los 6 millones y medio, la pavimentación no tiene precedentes en la historia reciente de Matamoros. Esta semana el Gobierno municipal de Mario López  Hernández sigue de frente con sus jornadas de pavimentación en las  calles y avenidas de la ciudad. Se lleva a cabo la rehabilitación de la Avenida del Niño.

“Vamos a seguir trabajando en la pavimentación de avenidas y calles”, acaba de declarar el alcalde Mario López, al anunciar que para este año se van a llevar a cabo 20 accesos principales y la pavimentación de 45 calles  de las diferentes colonias populares.

“En lo que va de este año ya se realizaron trabajos en la Diagonal Cuauhtémoc, Calixto Ayala, Constituyentes, y se acaban de iniciar las obras en Avenida del Niño, en el tramo que abarca del Boulevard Manuel  Cavazos Lerma a Solidaridad.