Composición fotográfica: infobae

Por Juan Sánchez-Mendoza

En redes sociales circula profusamente copia de la denuncia que el pasado día 11 presentó Emilio Ricardo Lozoya Austin ante la Fiscalía General de la República (FGR), en contra de los expresidentes Carlos Salinas de Gortari, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto –además de otros personajes–, por actos de corrupción en Petróleos Mexicanos (Pemex).

Así, el inculpado por los delitos de delincuencia organizada, cohecho y operaciones con recursos de procedencia ilícita cumple con parte del ‘trato’ que hizo con el Gobierno Federal para aminorar su sentencia, toda vez que terminen las investigaciones por haber aceptado sobornos de la siderúrgica Altos Hornos de México; la venta irregular de la planta Agro Nitrogenados y el caso Odebrecht.

 El documento, que consta de 63 hojas fue recibido en la propia oficina del fiscal Alejandro Gertz Manero; y ahí se lee que Emilio solicita que (éste) “sirva para que se aplique un criterio de oportunidad” –es decir, para que él se convierta en testigo protegido, lo cual permitiría librarse de imputaciones que pesan sobre su persona–, merced a su narración (¿o delación?) de los hechos

A Salinas lo involucra bajo el apartado: ‘Gestión de contratos y robo de combustibles’, donde narra que José Antonio González Anaya –quien fuera su sustituto como Director General de Pemex–, recibió por lo menos cuatro llamadas telefónicas del expresidente, para ‘asesoramiento’, por lo cual, él influyó de forma directa en la asignación de contratos de la paraestatal.

“(…) recuerdo que Carlos Salinas de Gortari cabildeaba a favor de los proyectos de su hijo, entre los cuales se encontraba pagarle a la empresa Trese más de 15 millones de dólares, porque Pemex le había cancelado el contrato de una plataforma marítima… Al enterarme de los detalles, resultó que en dicha plataforma habrían fallecido trabajadores por una explosión motivada por la falta de mantenimiento que debió dar dicha empresa.

Meses después, en el marco de un evento presidencial, González Anaya le dijo que tuviera cuidado con su concuño Salinas de Gortari, “ya que quien no ayudaba a sus hijos y socios los consideraba traidores. Me sugirió irnos a cenar con él, porque de lo contrario me seguirían golpeando en medios de comunicación.

“Yo dije que lo buscaría, pero ignoré estas componendas, pues tenía que enfocarme en un asunto de trascendencia nacional que, ya desde entonces, era un problema brutal y vinculado de crimen organizado, como el relativo al robo de hidrocarburos”, asegura Lozoya Austin, quien califica a Salinas de Gortari como ‘comisionista y cabildero del PAN’.

Sobre Calderón anota que fue durante su régimen presidencial cuando inició la corrupción en favor de la constructora Odebrecht con contratos; de forma similar a lo ocurrido en el sexenio de Peña Nieto.

Y establece que dos ejecutivos de Odebrecht intercambiaron un correo electrónico donde acordaron la reunión entre Felipe y Luiz Inacio Lula da Silva, expresidente de Brasil. Además, en diciembre del 2009.

“Fue cuando Pemex cedió a Braskem, filial de Odebrecht en México, la construcción de la planta Etileno XXI”, mediante sobornos que se utilizaron, en parte, en campañas políticas.

En cuanto a Peña Nieto, lo involucra también en el caso de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht que destinaron a la campaña electoral del PRI del 2012, con la que se convirtió en presidente de México.

Narra la relación de Odebrecht, por medio del director de la empresa para México, Luis Weyll, con la campaña de Enrique, a través de Luis Videgaray Caso.

El soborno de Odebrecht fue de 6 millones de dólares para apoyar a la campaña de Peña Nieto. Luego el entonces candidato a presidente le devolvería el favor con contratos de obra pública. La constructora brasileña destinó precisamente 4 millones de pesos para una operación donde participó Lozoya Austin.

Según el exdirector general de Pemex, 2.5 millones íntegros para cubrir honorarios de consultores electorales. “El 1.5 (millones) restante fue para mí”, acepta en la denuncia de hechos.

Más involucrados 

Según Emilio Lozoya Austin, otros involucrados en la corrupción de Pemex, que sirvió también para financiar aspiraciones políticas, son Ricardo Anaya Cortés y José Antonio Meade Kuribreña –excandidatos presidenciales del PAN y PRI, respectivamente–, como el entonces secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso; Ernesto Cordero Arroyo, Francisco Domínguez Servién, Salvador Vega Casillas, Jorge Luis Lavalle Maury y Francisco Javier García Cabeza de Vaca.

A la fecha todos niegan haber participado, por lo que las pesquisas de la FGR se extenderían en tiempo.

No obstante, al menos los tres expresidentes deberían ser llamados a cuentas.

Entre otras acusaciones, según infobae, el exdirector de Pemex señaló que el gobierno de Peña Nieto coordinó la entrega de sobornos a diferentes legisladores tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado para poder aprobar las reformas estructurales que promovía su gobierno entre 2013 y 2014.

“Quiero dejar muy en claro que Odebrecht sí tuvo una participación relevante en el gobierno de Peña Nieto, pero también tuvo una gran participación en el gobierno de Felipe Calderón”, sentenció Lozoya en la demanda presentada ante FGR.

“El negocio que hicieron los brasileños es que Pemex le vendería a Braskem el etano, ya que Pemex era el único proveedor, pero le hacían un descuento inexplicable de más de 25% sobre el precio de mercado, una posición súper desventajosa”, destaca Lozoya.

Por esta operación, indicó el exfuncionario peñanietista, “muchos panistas dentro del sexenio de Calderón recibieron fuertes sumas de dinero”.

Por ello, la compañía se posicionó tanto que Lozoya recuerda que hicieron “una parte de una sesión de su consejo de administración en Los Pinos con la presencia de Felipe Calderón”.

Lozoya señaló que Meade y González Anaya “impulsaron evadir la discusión” de los detalles de Etileno XXI en su momento. “Las voces que representaban los intereses de la nación fueron avasalladas por Felipe Calderón e instrumentalizadas por Meade, González Anaya y Cordero”, cita en su denuncia Lozoya Austin.

En el documento se lee que Weyll, de Odebrecht México, le comentó a Lozoya que Braskem al parecer había pagado sobornos en los años 2010 y 2012, durante la administración de Calderón, para que se suscribiera y aprobara el contrato de Etileno XXI, como ocurrió, dejando en desventaja a Pemex.

Ya en la presidencia de Peña Nieto, Meade incluso llamó a Lozoya, de acuerdo con el relato de éste último, para que evitara criticar un crédito otorgado a un sindicato petrolero en 2012, del cual había sido parte en el proceso como titular de la cartera de Energía, y le pidió no revisar el contrato con Etileno XXI.

“Por esta operación, muchos panistas dentro del sexenio de Calderón recibieron fuertes sumas de dinero”.

Y ahora, simple y llanamente están en la mira de Andrés Manuel López Obrador.

Escándalo, en puerta 

Obviamente ninguno de los ‘empinados’ por Emilio Ricardo Lozoya Austin aceptarán culpas, pero la Fiscalía General de la República (FGR) obligada está a llamar a cuentas a todos y cada uno de los mencionados por el ex director de Pemex, simple y llanamente por aparecer como indiciados.

A menos que el jefe del Ejecutivo Federal quiera ser ridiculizado por una investigación inconclusa.