Por Melitón Guevara Castillo 

 

En nuestro lenguaje cotidiano ya es común la palabra reactivación. Antes de la pandemia, en lo personal, cuando hablaba de reactivación lo hacía al referirme a la cuestión física, a los ejercicios cotidianos para estar en forma y con buena salud. Hoy en día, sin embargo, después de que nos familiarizamos con el aislamiento y la sana distancia, apareció la reactivación social y la económica. 

Pues bien, ahora tenemos una nueva reactivación, pero en el ámbito de la práctica política. Me refiero a la electoral, que suspendieron al inicio de la pandemia. Se reactiva el aspecto electoral con el asunto central de organizar las elecciones federales y locales del próximo año; el INE, por decir, ya empieza a dar señales de vida… y con ellos se animan los partidos políticos. 

Credencialización electoral. 

Jesús Arredondo Cortés es el responsable en la Junta Local Electoral del Registro Electoral. Y hace notar que, a partir de este lunes, se inició la entrega de credenciales de elector; obvio, a las personas que ya habían realizado el trámite en tiempo y forma. Al efecto, son 18 módulos instalados que deberán entregar 28,344 credenciales. 

La credencial de elector es el documento oficial que nos permite emitir nuestro voto en las elecciones, sean locales o nacionales; pero es, además, uno de los documentos que nos sirven como medio de identificación. De ahí, en serio, la enorme importancia de contar el mismo. 

Es lamentable, por otra parte, que haya personas que únicamente la utilicen como identificación y nunca o pocas veces como una herramienta electoral. 

Participación política

En la práctica el INE, la Junta Local en la entidad, realiza un sinfín de acciones correlativas a los procesos electorales. Hoy en una, una de las tareas esenciales para la democracia, es la relativa a la creación de nuevos partidos políticos; hay siete en proceso y una vez que se realizaron las asambleas respectivas, que fueron validadas por notario y personal del INE, se realiza la auditoria en relación a los miembros, o ciudadanos, que participaron en dichas asambleas. 

Olga Alicia Castro, titular de la Junta Local, es precisa en relación a la tarea de auditar las asambleas de los potenciales nuevos partidos políticos. 

No es nada fácil: se contacta al 10% de los participantes en dichas asamblea y se les cuestiona, se les pregunta si recibieron dinero para asistir a la misma… la cuestión es, en todo caso, verificar que hayan asistido por su propia voluntad. Hay antecedentes, a nivel nacional, de la compra de voluntades, de afiliar masivamente. 

Afilar el hacha. 

Respecto a los partidos políticos, ya nos dimos cuenta que en el caso de Tamaulipas están apagados. El único que hace, de repente, un poco de ruido es el PRI, donde su líder Edgar Melhem Salinas siempre que puede afirma que están en pie de lucha, que ya reorganizan al partido, en sus estructuras sectoriales, territoriales y municipales. La verdad, creo que ni él se la cree. Antes el PRI presumía sus bases, su militancia, ahora puede no tener ni candidatos a las diputaciones de mayoría. 

En realidad en esta época, sin necesidad de que el Covid-19 estuviera presente, los partidos políticos manejan un bajo perfil; se entiende que hacen labores internas, de organización, de integración, con el fin de estar listos para cuando se de la voz de arranque al proceso electoral. Eso sí, en algunos de ellos, sobre todo en MORENA, ya varios ciudadanos han dejado escuchar su voz para sentenciar que ambicionan ser candidatos… hasta aparecen encuestas en las redes sociales. 

Solos y no mal acompañados. 

Por cierto, en relación a la próxima contienda electoral el líder del PRI estatal, Edgar Melhem, hace notar que con mucha probabilidad en esta elección van a ir solos. No queda, de todas maneras, que diga ‘más vale solos que mal acompañados’. 

El PRI tenía, antes, motivos suficientes para que otros partidos fueran sus satélites, se ayudaban mutuamente. Hoy, ningún partido quiere ir con ellos… no ofrecen garantía de triunfo.