Por Juan Sánchez-Mendoza

 

Este año habrá comicios en los estados de Hidalgo y Coahuila para elegir, en el primero, 84 ayuntamientos; y en el otro 25 diputados locales. Las dos entidades tienen gobiernos priistas –Omar Fayad Meneses y Miguel Ángel Riquelme Solís–, pero aún así la presencia opositora es fuerte.

No por parte del partido de moda, Movimiento Regeneración Nacional (Morena), sino de membretes más viejos y las organizaciones domésticas. 

Se lo comento porque en la tierra del general Felipe Ángeles Ramírez, el Partido Acción Nacional (PAN) ostenta la mayoría de las alcaldías: 16 de 84; el PRI cuenta con 15 y otras tantas tiene la coalición PRI-Panal-PVEM; 12 son del PRD, 7 del PES, 5 del Verde, 4 del extinto Nueva Alianza, 4 del PT, 3 del MC, 1 de Morena y otra es independiente.

Aquí una observación: el período edilicio actual es de cuatro años, por disposición del entonces gobernador en 2011, Miguel Ángel Osorio Chong, obviamente, con miras futuristas.

En la cuna de Francisco I. Madero, el Congreso local está conformado por 10 diputados priistas, 9 albicelestes, 2 independientes, 2 de UDC –que es un partido local: Unidad Democrática de Coahuila–, 1 de Morena, y otro del PRD.

La estadística da pie a especular en que la votación sería nuevamente apretada (como en el 2016), sin que el efecto lópezobradorista influya en el ánimo del electorado respecto a sus autoridades locales, a pesar de que él y los candidatos de Morena al Senado de la República en 2018, se alzaron triunfantes, como tres de siete abanderados de Morena (a la Cámara baja), en el caso de Coahuila; y los siete (de siete) en Hidalgo.

Hasta hoy, insisto, Morena sólo cuenta con un presidente municipal en Hidalgo y un diputado local en Coahuila, lo que significa que para efecto de especulación, considerando el comportamiento poblacional, sería de nueva cuenta rebasado en las urnas.

Máxime, cuando los electores de ambas entidades son participativos y no se dejan engatusar.

Por algo han hecho ver su suerte a los gobernadores acusándolos por jinetear el presupuesto (en el caso de Omar) y ‘opacidad’, para cumplir con su responsabilidad en materia de seguridad pública (Riquelme), mediante manifestaciones públicas.

Como fuere, los dos procesos electorales ya están en marcha.

Y la grilla a todo lo que da.

De ahí se desprende esta pregunta:

¿Podrá el dirigente nacional del PAN, Marko Antonio Cortés Mendoza, sacar avante ambos procesos? ¿O el efecto lópezobradorista se replicaría, en las dos entidades?

De los resultados se desprenderían escenarios rumbo al 2021 cuando se elijan 13 gobernadores, 500 diputados federales y cualquier cantidad de alcaldes y legisladores locales.

En el caso de Tamaulipas: 43 ayuntamientos, 36 curules locales y nueve federales.

Las gubernaturas a concursar en los procesos eleccionarios –que se abrirán este año para celebrar comicios en 2021–, son Colima, Guerrero, Michoacán, Querétaro, Sinaloa, San Luis Potosí, Nayarit, Campeche, Sonora, Zacatecas, Baja California Sur, Chihuahua y Tlaxcala, aunque el caso de Baja California sigue pendiente por la ‘ley Bonilla’.