Por Juan Sánchez-Mendoza

 

La codicia del alcalde Xicoténcatl González Uresti, de capitalizar la pandemia en beneficio de las arcas municipales, fue frenada por el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca y el Cabildo de Victoria.

El jefe del Ejecutivo estatal al munícipe, como a sus 42 homólogos de la entidad, le recomendó paralizar labores en todas sus áreas, mientras no fuera necesaria la presencia del personal.

La Secretaría de Salud dispuso que evitara la instalación de tianguis por lo menos durante la etapa del contagio local del coronavirus.

Y el Cabildo lo obligó a evitar el corte de aire en las tomas de agua potable –digo aire, porque sólo eso sale del grifo–, por falta de pago. Obvio es, mientras persista el problema del coronavirus.

A su favor tiene el aplazamiento para comprobar el gasto, ya que la Auditoría Superior del Estado y el Congreso local también paralizaron labores. Es decir, cuenta con nuevo plazo para cubrir las atrocidades financieras.

Sin embargo sigue haciéndose el gracioso –Xico, desde luego–, pues ahora va a las colonias queriéndose colgar una medalla ajena con la ‘venta’ de tinacos ‘a plazos’. Y hasta eso, evitando la convivencia al disponer de ‘filtros sanitarios’ para no saludar al pueblo, a quien prometió, en campaña, curar al municipio enfermo.

Como médico que es, nunca lo he tratado, como funcionario público, tampoco, pero como residente en Ciudad Victoria padezco de los servicios públicos más elementales como son el suministro de agua, la recolección de basura, vialidades decorosas –en cada calle hay baches–, inseguridad, carencia de alumbrado público en espacios recreativos y más ambulantaje en todos los sectores.

A través de las redes sociales se exhiben casos de corrupción durante su ejercicio –cometidos por Tania, su hija, y el tesorero José Alfredo Peña Rodríguez, principalmente–, sin que él se mortifique.

En fin, ante la gravedad del coronavirus que que ya está en su segunda fase, al acalde zumbero no lo queda más que acatar la disposición del Cabildo para evitar el corte de agua por falta de pago.

En cuanto a la prohibición de tianguis y mercados rodantes, sé que no saldrá bien librado.

Más cuando hay un sinnúmero de vendedores ambulantes que a diario tienen qué comer.